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viernes, 21 de junio de 2013

COMERCIO TRADICIONAL

Letras y caminos de Prades Bel:
AUTOEMPLEO

Estrategias del comercio tradicional

   El objetivo de un pequeño comercio, como de cualquier actividad económica en general, se puede plantear bajo distintas dimensiones o perspectivas: en forma de volumen de ventas, beneficios, rentabilidad, crecimiento, mantenimiento u otros similares. No obstante, el problema es cómo alcanzarlo, es decir no cuanto vender sino como vender. Se entra así en la definición de la estrategia competitiva de su negocio. La filosofía de dirección detallista ha de partir de la premisa de que su misión radica en satisfacer las necesidades del consumidor. La adaptación a los deseos de los clientes ayuda a tomar decisiones para anticiparse a futuros acontecimientos.    La estrategia consiste en cursos de acción a largo plazo utilizados para alcanzar objetivos futuros deseados con el fin de competir con eficacia en el mercado. Si de las dos estrategias competitivas básicas la ventaja en precios sólo está al alcance de las grandes cadenas, el uso de una imagen diferenciada ha de ser el objetivo fundamental del pequeño establecimiento . La idea de evitar la competencia en precios no significa que éstos sean irrelevantes, una empresa no puede sobrevivir si sus productos se perciben como más caros. Existirán consumidores que no dudarán en afrontar el pago de un precio superior si reciben un valor añadido a cambio.
   La base de la estrategia competitiva consiste en desarrollar una serie de puntos diferenciales entre una empresa y sus competidores. Puntos que han de ser evaluados por los consumidores y que serán el hilo conductor de todo el negocio. El pequeño comercio, en consonancia con los puntos fuertes, se encuentra básicamente con cinco opciones: especialización, localización, diferenciación, profesionalización y asociación.



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